18 de mayo de 2008

Descubriendo nuevas pasiones,,

Me fuí por una guitarra queriendo ganar el tiempo y se me llenó de voces la tarde de mi silencio. Una llovizna de notas goteaba en el clavijero, hasta la boca profunda de la guitarra del pueblo. Caja de luz, la encordada, hueco donde guardo un verso y diapazón infinito, donde se funden mis dedos.
Me inauguré en serenatas alguna noche de invierno cuando se abrió la ventana y en ella asomó el recuerdo, como una triste muchacha trayéndome el amor nuevo. ¿Cuánto hace que andamos juntos?... qué importa, ya ni me acuerdo, ya somos tierra y semilla, nube blanca y ancho cielo. Yo sé que me amás, guitarra, y vos sabés que te quiero.
Amor a primera vista, noviazgo que lleva lejos, ternura tiene tu caja del puente hasta el clavijero para llenarme de magia cuando te digo te quiero. Te quiero así de sencilla como un pájaro montero, como los ojos de aquella que hace tiempo que no veo. Madre del surco que a veces me hace llorar en silencio.
Pero es tan lindo el camino llegar y partir de nuevo y enterrarnos en la ausencia hasta que me ponga viejo. Y se me mueran, guitarra, todos los pájaros sueltos que andan rondando la copla cuando te digo te quiero.
Me fuí por una guitarra queriendo ganar el tiempo y se me llenó de voces la tarde de mi silencio.
Argentino Luna